Dora Arce-Valentín llegó a Ginebra para asumir la responsabilidad a tiempo completo de la Oficina de Justicia y Coparticipación de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR).
“Ahora estoy donde debo estar. Nuestro equipo necesita estar junto para que los temas relacionados con la justicia se hagan sentir”, afirma Dora Arce-Valentín. “El programa de justicia es uno de los pilares de la organización junto con el de Teología y Comunión. Estoy contenta de estar aquí para lograr un equilibrio”.
Dora Arce-Valentín estuvo trabajando desde Cuba, su lugar de origen, como consultora a medio tiempo para los programas de justicia desde enero de 2012. Los fondos provenientes del Consejo para la Misión Mundial hicieron posible que la pastora cubana y defensora de la justicia se traslade a Ginebra en 2013. En 2014, se mudará con el resto del equipo a las nuevas oficinas en Hannover, Alemania.
El secretario general de la CMIR, Setri Nyomi, dijo dándole la bienvenida: “La Pbro. Dora Arce-Valentín trae a la CMIR su amplia experiencia como pastora y su gran compromiso con la justicia. Su presencia como miembro a tiempo completo del equipo de la CMIR nos permitirá afianzar aún más el trabajo que estamos realizando con las iglesias miembros para ser una fuerza sólida de justicia en el mundo”
La Pbro. Arce-Valentín afirma que está agradecida a la Iglesia Presbiteriana de Cuba por permitirle asumir este compromiso con la CMIR en un momento en el que existe una gran necesidad de pastores en su país.
“Mi iglesia no tiene recursos económicos. Contribuimos con lo que tenemos: recursos humanos. Es nuestra forma de decir que sabemos lo importante que es el trabajo de la CMIR en materia de justicia y en el movimiento ecuménico”, manifiesta.
En el año que empieza, la pastora cubana se concentrará en generar contactos más cercanos con los grupos eclesiásticos regionales. A través de su experiencia en la región del Caribe, sabe que esa es la forma de relacionarse con las parroquias locales, conocer sus necesidades y transmitir lo que la CMIR tiene para ofrecerles.
Su visión para el programa de justicia se centra fundamentalmente en el trabajo con los jóvenes. Los planes incluyen realizar talleres sobre imágenes de masculinidad positiva y no violenta y apoyar el compromiso de la juventud con la justicia ecológica.
“Los jóvenes se interesan por los temas que tienen que ver con la justicia”, observa.
“Hay posibilidad de que los jóvenes se involucren en algunos de los temas y obliguen a sus iglesias a tratarlos.”
Entre los planes para el 2013 se incluye un seguimiento de la reunión que se llevó a cabo el año pasado en Brasil y que generó propuestas para un nuevo marco de referencia para las estructuras económicas mundiales. En este momento, se está formando un panel de expertos para seguir el desarrollo de las propuestas. En marzo, Dora Arce-Valentín convocará a una reunión a las redes de defensores de la justicia de la CMIR en el contexto de una consulta sobre el tráfico de personas.
La CMIR representa a 80 millones de cristianos de 108 países. Sus iglesias miembros participan activamente en iniciativas que promueven la justicia económica, climática y de género, la misión y la cooperación entre cristianos de diferentes tradiciones a nivel mundial.