Posted on noviembre 12, 2019 by Phil Tanis
“Luchas por la justicia y la dignidad humana se están sucediendo en todas partes”, dijo Allan Boesak, en una ponencia de apertura pronunciada la semana pasada durante un encuentro de planificación estratégica, realizado en las afueras de la ciudad de Alejandría, Egipto.
“Pretender que la lucha no es necesaria, o que ya no hay luchas en curso, es una mentira. Al igual que pretender que la lucha contra la opresión no era un deber para aquellas personas que creían en un Dios justo y compasivo”, expresó. “Quienes heredamos la tradición reformada sabemos aún más. Calvino nos enseña que Dios se considera a sí mismo violado en las heridas ocasionadas a los seres humanos creados a imagen de Dios”.
“Dios se vuelve el pobre y la oprimida”, dijo.
Boesak enmarcó la situación actual como una lucha contra el “apartheid global, que incluye la explotación socioeconómica y las inequidades, la exclusión política y social, la discriminación racial y étnica, así como la injusticia de género y la opresión heteronormativa”, Boesak recurrió a algunas ideas de Juan Calvino.
“Calvino comprendió que la humanidad plena, es decir, la vida con sentido como hijos e hijas libres de Dios, dotados y dotadas de derechos inalienables a la valoración, a la justicia, a la equidad, a poder elegir y a la dignidad, no pueden realizarse mientras las personas permanezcan encadenadas a la tibieza social, la privación económica y la ambigüedad política. Se necesita libertad “, dijo Boesak.
“Es por esta razón que, en numerosas ocasiones, Calvino habla de la tiranía, vale decir, de la opresión política, la explotación económica y el privar a las personas de sus derechos y de sus posibilidades de elegir por causa de leyes y de prácticas injustas. Estas cosas son totalmente inaceptables, equiparables a la rebelión contra Dios, a la negación de derechos de las personas más vulnerables y a la denigración de los derechos de Dios “, afirmó. “Y es por eso que Calvino insiste en que no ponerse de pie y resistir esa opresión es ‘cobardía’. Rebelarse contra esto es un deber sagrado”.
Alan Boesak, ex presidente de la Alianza Mundial de Iglesias Reformadas (una organización predecesora de la Comunión Mundial de Iglesias Reformadas (CMIR)), es un teólogo sudafricano, activista de los derechos humanos y el primer titular de la Cátedra Desmond Tutu para la Paz, la Justicia y los estudios de reconciliación en el Seminario Teológico Cristiano y en la Universidad Butler.
Chris Ferguson, Secretario General de la CMIR, manifestó su acuerdo: “Cuando nos reunimos, provenientes de todo el mundo, traemos nuestros contextos con nosotros y nosotras. Las cargas del mundo están totalmente sobre nosotros y nosotras, y debemos responder a la amenaza masiva a la vida, debemos responder al Dios creador, haciendo sagrada la presencia de Dios en nuestro medio, en cada uno de nuestros contextos”.
Agregó, además, que discernir, confesar, dar testimonio y vivir nuestro ser reformados y reformadas de manera conjunta, impulsa a la CMIR como una koinonia global a trabajar dentro de cinco áreas estratégicas: 1) cultivar una comunión justa, 2) establecer una alianza por la justicia, 3) hacer teología para la transformación, 4) asumir el compromiso con la misión de Dios en contextos de crisis y 5) trabajar con todas las compañeras y compañeros que Dios va proveyendo.
“Como una koinonia global llamada a la comunión y comprometida con la justicia, debemos continuar fortaleciendo nuestras relaciones mutuas, incluso a medida que fortalecemos nuestra tarea para obtener un mayor impacto global”, expresó Ferguson, enfatizando que “se trata de transformarnos en lo que debemos ser, y no solo hacer lo que debemos hacer.”
Nady Labib, moderador del Sínodo del Nilo de la Iglesia Evangélica de Egipto, enfatizó: “Los gritos de las personas empobrecidas, oprimidas, marginadas, olvidadas y silenciadas, señalan la arrogancia destructiva de los poderosos y la necesidad de la irrupción del reino de Dios en Cristo, donde existen la justicia y la inclusión en una comunidad que da vida”.
Por su parte, la presidenta de la CMIR, Najla Kassab, destacó la importancia de los fundamentos teológicos. “desarrollar ésta comprensión teológica de por qué estamos haciendo nuestra tarea es muy importante. Cuanto más seamos perturbados y perturbadas, mejor trabajaremos por la justicia”, dijo.
Los y las integrantes de los Grupos de Referencia de la CMIR se reunieron en el Centro de Retiros Beit El Salam, hospedados por el Sínodo del Nilo, para analizar el progreso en la implementación del plan y decidir sobre las actividades y proyectos para los próximos años.
Los Grupos de Referencia informarán, a través del Grupo del Programa del Plan Estratégico, al Comité Ejecutivo de la CMIR, que se reunirá en mayo próximo en Sudáfrica.
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