Posted on noviembre 13, 2015 by Anna Krueger
“La comunión” es el tema del primer coloquio en más de 30 años entre las comuniones anglicanas y las reformadas.
Se espera que este coloquio tenga como resultado “un mejor entendimiento mutuo en estos tiempos de rápida transformación, un mejor entendimiento de nosotros mismos y de cómo resolver desacuerdos de una mejor manera y contar con una mayor capacidad para concentrarse en lo realmente importante— concretamente articular el evangelio de Jesucristo el día de hoy”, dijo Iain Torrance, presidente emérito del Seminario Teológico de Princeton y exmoderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia.
El tema de este primer encuentro fue “La naturaleza de la comunión” inspirado en la palabra koinonia, que se encuentra en el Nuevo Testamento, la cual describe la naturaleza de las interrelaciones entre iglesias. Las perspectivas sobre la comunión, surgidas en el reciente documento “La Iglesia: hacia una nueva visión” del Consejo Mundial de Iglesias, jugaron un rol importante en la conversación así como las presentaciones de numerosos participantes.
“Lo que me pareció muy bien y uno de los puntos culminantes fue el profundo deseo de todos nosotros por ver la comunión como un regalo de Dios, que es vivido de una manera muy particular al nosotros participar de manera activa en este mundo en el que vivimos”, dijo Douwe Visser, secretario ejecutivo de teología y comunión de la CMIR.
La primera reunión, la cual se llevó a cabo del 26 al 31 de octubre en Kochi, Kerela, India, fue organizada por la CMIR y facilitada por la Iglesia del Sur de India (CSI). La CSI, miembro de la CMIR, es una unión de iglesias de tradición anglicana, metodista, presbiteriana y reformada. El Obispo Thomas K. Oommen (moderador adjunto de la CSI) y el D. R. Sadananda (secretario general de la CSI) dieron la bienvenida a las personas congregadas que asistieron al coloquio. Además de tener un delegado oficial en el equipo de la CMIR, en la reunión también participaron dos académicos locales de la CSI.
Su participación así como la ubicación de la reunión causaron un impacto positivo, tanto que se decidió invitar a representantes de iglesias locales a los próximos coloquios.
“Lo destacado de la semana fue estar en India”, dijo Elizabeth Welch, ministra de la Iglesia Reformada Unida Clapton Park en the Round Chapel en Hackney, Londres. “Esto nos dio la oportunidad de escuchar a la gente de la Iglesia del Sur de India, una iglesia en la que reformados y anglicanos ya participan juntos, como un mismo pueblo. También nos dio la oportunidad de escuchar algunos de los desafíos a los que los cristianos se enfrentan en India, así como de compartir la maravillosa hospitalidad que nos ofrecieron nuestros anfitriones en este país”.
Otro punto a destacar según Fundiswa Kobo, de la Iglesia Presbiteriana Unida en África del Sur, fue “el culto que compartimos y el sentarnos juntos a la mesa del señor fue muy significativo”.
La semana comenzó con una celebración de la Santa Comunión y se usó una liturgia de la Iglesia Reformada Unida en la que predicó el presidente adjunto anglicano. Y para terminar se llevó a cabo una celebración de la Santa Comunión según la liturgia episcopal escocesa, en la cual predicó el presidente adjunto de la CMIR. Los miembros del coloquio oraron juntos mañana y tarde.
Al final de la semana, tres subtemas fueron identificados y serán los centrales en el coloquio del próximo año:
Participantes de la Comunión Anglicana: David Chillingworth, Iglesia Episcopal Escocesa; Clint Le Bruyns, Iglesia Anglicana de África del Sur; Renta Nishihara, Nippon SeiKo Kai; Amy E. Richter, de la Iglesia Episcopal; Kumara Illangasinghe (consejero), Iglesia de Ceylon; staff: John Gibaut (secretario adjunto) y Neil Vigers.
Participantes de la CMIR: Elizabeth Welch (presidenta adjunta), Iglesia Reformada Unida; Iain Torrance, de la Iglesia de Escocia; Royce M. Victor, Iglesia del Sur de India; Fundiswa Amanda Kobo (consejera), Iglesia Presbiteriana Unida en África del Sur; Helené Van Tonder, Iglesia Reformada Holandesa; staff: DouweVisser (secretario adjunto).
Observadores de la CSI: Allan Samuel Palanna y Sharath Sowseelya.
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La comunión cristiana se da “de forma anticipada” a partir del Bautismo cristiano y de la misma profesión de Fé.La iglesia de Cristo-de todos los creyentes- como Cuerpo Mystico de Cristo,por tanto,ni se rompió,ni está actualmente rota.Es por ello mismo que decimos que la Iglesia católica ó universal es UNA.La diversidad de las diferentes confesiones religiosas en esa misma y fundante” unidad en la comunión”,es un don de Dios si está al servicio del Evangelio y del hermano.Del Evangelio que proclama antes que nada el Kerygma cristiano,y del hermano como nuestro prójimo que ahora más que nunca está necesitado de la Salvación integral que el Resucitado regaló(por pura Gracia),a toda la humanidad.Así pues,tanto la Koinonia como comunión cristiana,como la proclamación del Evangelio de Gracia y liberación para el hombre de hoy que tiene encomendada la Iglesia,están entre las señas de identidad de nuestra común profesión cristiana.La diversidad en” la unidad fundante en la comunión”(confesiones cristianas) como distintivo cristiano entre nosotros y los demas,no puede obstaculizar el progreso teológico ni ecuménico,y por ello mismo,no pueden afectar ni a la Fé de la Unica Iglesia de Jesucristo, ni a su gobierno “en la caridad”.El progreso teológico como tal,fiel al Kerygma cristiano fundante y al Evangelio encarnado, hoy y aquí ,está vinculado estrechamente al ecumenismo(“oikoumene)”,porque ni la unidad se rompió,ni está rota,ni tampoco la teológia estrechamente vinculada a la diversidad confesional de las iglesias como comunidades cristianas,es un quehacer exclusiva ó fundamentalmente cientifico profano,meramente sistemático y racional,sino más bien el Sermo Dei, que es el mismo para todos ,y a todos se dirige de forma unívoca para que el Mundo crea en Dios y en su Enviado y con ello tengan la Vida Eterna, ya preludiada para el hombre de hoy,y ya tambien de alguna forma experimentada por ser cada hombre en particular el destinatario exclusivo de la Salvación cristiana como liberación del pecado- y sus consecuencias,-y de la muerte como destino fatal merecido.